sábado, 1 de diciembre de 2012


LA SUPERVISIÓN ESCOLAR CONTEMPORÁNEA.
Salvador Islahuaca Gómez

Maestro-investigador egresado de la Maestría en Educación Básica (UNIDAD 321, UPN-ZACATECAS).


“El mejor maestro es aquel que trata de realizar en si

mismo lo que trata de realizar en los demás” (Demóstenes).

     La escuela pública mexicana es una organización social de carácter cultural, donde se  trabaja para que los estudiantes desarrollen todo su potencial humano, construyan y movilicen saberes; es un lugar donde sus integrantes participan de un modo especial en las interacciones y en las relaciones que se establecen en su interior, ya que está conformada por personas que desempeñan roles diversos. Como institución plenamente reconocida enfrenta múltiples retos en un mundo que está experimentando cambios constantes, cambios que se presentan día a día en la ciencia, en la tecnología y en general en todos los campos del saber humano, la sociedad del conocimiento avanza hacia nuevos paradigmas que exigen la mejora constante en todos los aspectos, y conduce a sus miembros hacia exigencias de competitividad y productividad.

     Nuestra sociedad ha depositado en la educación que se imparte en las escuelas la esperanza de formar integralmente a los ciudadanos del futuro, se trata de que estas instituciones los eduquen para la vida frente a las demandas de la modernidad y la globalización, por tal motivo, el Sistema Educativo Mexicano ha iniciado una serie de reformas y transformaciones en educación básica, derivadas de la concientización del agotamiento de un modelo tradicional que no ha conciliado el crecimiento cuantitativo con niveles satisfactorios de calidad, eficiencia, eficacia y equidad, ni de satisfacción de las nuevas exigencias sociales; el funcionamiento óptimo del Sistema Educativo se convierte en una de las principales prioridades del país para garantizar la preparación de las nuevas generaciones que puedan adaptarse y sobrevivir en las sociedades complejas del mañana. 

Las escuelas eficaces y su gestión educativa.

     Con la preocupación de mejorar la eficacia, la eficiencia, la equidad, la pertinencia, la relevancia y en general la calidad de la acción educativa nacional nos hemos embarcado en la búsqueda constante de formas distintas de hacer cosas diferentes para obtener resultados distintos. Este movimiento nos ha orillado o nos ha encaminado hacia la transformación de los procesos educativos, que por supuesto, se pretende que los alumnos reciban una educación de calidad con equidad para todos, la profesionalización y actualización de los docentes, y a consolidar a las escuelas como instituciones sólidas y eficaces. Al respecto Murillo (2005) afirma que:

una escuela eficaz es aquella que promueve de forma duradera el desarrollo global de todos y cada uno de sus alumnos más allá de lo que sería esperable teniendo en cuenta sus condiciones previas, al mismo tiempo que fomenta el desarrollo de la comunidad educativa (p. 17).

      Así las escuelas eficaces son las que ofrecen trato equitativo a cada uno de sus integrantes, se caracterizan por constantemente estar perfeccionando su organización, practican un liderazgo profesional, tienen una visión y objetivo compartido, crean ambientes propicios para la enseñanza y el aprendizaje, sus expectativas son elevadas, establecen claramente los derechos y responsabilidades de sus actores, buscan la colaboración hogar escuela y están constantemente revisando el currículo para garantizar el desarrollo del pensamiento crítico de todos sus alumnos, siempre vinculan su visión a la planificación y elaboran estrategias para la mejora continua.

      Pero, ¿cómo lograr esa tal efectividad escolar? La respuesta se encuentra en organizar y sistematizar, en prever y satisfacer, en planear y ordenar, en actualizar y profesionalizar, en crear y construir, en regular y evaluar, en proyectar y programar un Sistema Educativo Nacional capaz de cumplir con los requerimientos que la sociedad le ha asignado.

     Se trata de superar el paradigma administrativo burocrático existente, caracterizado por ser un modelo de gestión que se ensambló bien a la cultura normativa y verticalista del sistema educativo tradicional, el fenómeno de adopción ha sido tan perfecto que aun en nuestros tiempos se siguen practicando las peculiaridades mencionadas por Elizondo (2001), por ejemplo, las instituciones educativas se rigen por normas y reglas escritas, la comunicación es formal y por escrito. Cada trabajador sea docente, conserje, director, supervisor, etc., realiza funciones, tareas y responsabilidades específicas, cada cargo inferior está bajo el control y la supervisión de uno superior: Alumno-docente-director-supervisor-jefe de sector-jefe de región.

     El desempeño y la disciplina de cada cargo están sujetos a manuales o reglamentos que contienen un conjunto de reglas y normas que se han de cumplir al pie de la letra, para dictaminar puestos laborales se emplea la acumulación de méritos en un sistema de escalafón, dentro de la zona escolar nadie puede vender y ni comprar un cargo. Cada profesional recibe un salario de acuerdo al cargo que ocupa, además poco a poco se vuelve especialista del trabajo que está desempeñando.

      Para bien o para mal el modelo burocrático ya no tiene cabida en el ámbito educativo, Casassus (2001) escribe al respecto que debemos pasar de una situación rígida, determinada y estable, a situaciones cada vez más flexibles, cambiantes e indeterminadas, las cuales demandan acciones de ajustes constantes de innovación, que viajemos de una perspectiva de tipo técnico-racionalista-lineal a un plano emotivo no lineal, holístico, pues las exigencias de este mundo cambiante nos orillan a ello. Entonces se hace necesario en “los niveles central, intermedio y local” (Pozner, 2002, pp. 35-36), gestionar lo educativo desde un paradigma que contraste lo abstracto con lo concreto, lo determinado con lo indeterminado, lo seguro con lo incierto, lo rígido con lo flexible, arriba con abajo, lo homogéneo con lo diverso, lo unidimensional con lo multidimensional, lo disciplinario con lo multidisciplinario y lo objetivo con lo subjetivo, que nos conduzca hacia un nuevo modelo emergente de gestión educativa, el cual otorgue a cada escuela y a sus directivos el poder de resolver su propia problemática en un ambiente de participación democrática de todos los agentes y de los organismos de apoyo (Asociación de Padres de Familia, Consejo Escolar de Participación Social entre otros.); además permita que esta unidad educativa (escuela) transite hacia la autonomía para tener la libertad de elegir las formas más adecuadas de lograr los propósitos y objetivos de la educación.

      Así mismo y para aspirar al mejoramiento de la calidad educativa se hace necesario la práctica de un liderazgo académico que influya en la toma de decisiones contextuales, pero también este modelo deberá considerar que es necesario reorganizar la escuela en la distribución de actividades, en las formas de participación, en el ejercicio de la autoridad, en las relaciones interpersonales y en otro aspectos que nos lleven a una nueva organización escolar; de la misma manera la planeación y evaluación escolar deben ser tomadas en cuenta como procesos mediante los cuales se concreten las opciones de cambio y mejoramiento de la vida escolar.

      Así pues, se debe ir de ese modelo o tipo de administración tradicionalista, autoritaria, lapidante, rutinaria, rígida e imperativa, hacia una nueva gestión más participativa, más democrática, más colaborativa, de consenso y de inclusión. Para ello se requiere implementar modelos de gestión acordes a la realidad educativa del siglo XXI, pero ¿qué se entiende por gestión?,

     La gestión es el conjunto de acciones integradas para el logro de un objetivo a cierto plazo; como la acción principal de la administración (es parte de la administración y no es un sinónimo) y como un eslabón intermedio entre la planificación y los objetivos concretos que se pretenden alcanzar; Antúnez (2004) dice que:

“Gestión es el conjunto de acciones orientadas hacia la consecución de ciertos objetivos que se desarrollan en las diversas áreas de actividad de la organización y en cuyo diseño y evaluación participan, en alguna medida, las personas encargadas de llevarlas a cabo” (p. 169).

      Enfocando el concepto al terreno educativo, el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la UNESCO conceptualiza la gestión educativa es un conjunto de procesos teórico-prácticos integrados y relacionados, tanto horizontal como verticalmente, dentro del sistema educativo para atender y cumplir las demandas sociales realizadas en la educación.

     Así, se entiende como gestión educativa, las acciones desplegadas por los gestores que dirigen amplios espacios organizacionales de un todo que integra conocimiento y acción, ética y eficacia, política y administración de procesos que tienden al mejoramiento continuo de prácticas educativas, a la exploración de todas las posibilidades y a la innovación permanente como proceso sistemático.

     Para efectos analíticos a la gestión  se le ha dividido en tres categorías de acuerdo con el ámbito de su quehacer y niveles de concreción en sistema:

     Gestión institucional. Se enfoca en la manera en que cada organización traduce lo establecido en las políticas y se refiere a los subsistemas y a la forma en que se agregan al contexto general sus particularidades, en el campo educativo, establece líneas de acción de cada una de las instancias de administración educativa. Desde esta categoría, ha de comprenderse que la orientación, la generación de proyectos, programas y su articulación efectiva, no se agota en la dimensión nacional pues resulta impostergable una visión panorámica del hecho educativo, de las interrelaciones entre todos los actores, en todos los planos del sistema mismo.

      En general, la gestión de las instituciones educativas comprende acciones de orden administrativo, gerencial, de política de personal, económico-presupuestales, de planificación, de programación, de regulación y de orientación, entre otras. En este orden de ideas, la gestión institucional es un proceso que ayuda a una buena conducción de los proyectos y del conjunto de acciones relacionadas entre sí, que emprenden las administraciones para promover y posibilitar la consecución de la intencionalidad pedagógica en, con y para la acción educativa. Asimismo, este tipo de gestión debe movilizar a todos los elementos de la estructura educativa; por lo que es necesario coordinar esfuerzos y convertir decisiones en acciones cooperativas que permitan el logro de objetivos compartidos, los cuales han de ser previamente concertados en un esquema de colaboración y alianzas intra e interinstitucionales efectivas.

     Gestión escolar. Según Loera Varela (2004) se entiende por gestión escolar, el conjunto de labores realizadas por los actores de la comunidad educativa (director, maestros, personal de apoyo, padres de familia y alumnos), vinculadas con la tarea fundamental que le ha sido asignada a la escuela: generar las condiciones, ambientes y procesos necesarios para que los estudiantes aprendan conforme a los fines, objetivos y propósitos de la educación básica.

     Al respecto agrega Tapia (2003) que es necesario convertir a la escuela en una organización centrada en lo pedagógico, abierta al aprendizaje y a la innovación, que abandone certidumbres y propicie acciones para atender lo complejo, lo específico y lo diverso; que sustituya las prácticas que no le permiten crecer, que busque el asesoramiento y la orientación profesionalizantes, que dedique esfuerzos colectivos en actividades enriquecedoras, que concentre la energía de toda comunidad educativa en un plan integral hacia su transformación sistémica, con una visión integral y factible.

     Gestión pedagógica. Es en este nivel donde se concreta la gestión educativa en su conjunto, y está relacionado con las formas en que el docente realiza los procesos de enseñanza, cómo asume el currículo y lo traduce en una planeación didáctica, y cómo lo evalúa y, además, la manera de relacionarse con sus alumnos y los padres de familia para garantizar el aprendizaje de los primeros. Para Batista (2001) la gestión pedagógica es el quehacer coordinado de acciones y recursos para potenciar el proceso pedagógico y didáctico que realizan los profesores en colectivo, para direccionar su práctica al cumplimiento de los propósitos educativos, entonces la práctica docente se convierte en una gestión para el aprendizaje.

     Hacia un nuevo modelo de gestión educativa supervisora.

      Lo interesante radica en el cómo implementar un nuevo modelo de gestión educativa que involucre las tres categorías de gestión descritas en párrafos anteriores, que contemple en su campo de acción la dimensión organizativa, la pedagógica-curricular, la administrativa, la de participación social y la política educativa; que motive a todos los actores (incluyendo al supervisor de educación primaria) a participar y colaborar codo a codo, en común acuerdo, en constante comunicación y como una comunidad educativa, además que considere a la democracia como enfoque disciplinario y que esté sujeta a principios tales como la innovación para la transformación y transformación para el mejoramiento de la calidad educativa.

     De todos es conocido que la realidad educativa actual nos presenta serios retos, uno de ellos es la puesta en marcha de la Reforma Integral de Educación Básica (2009), la aplicación de su contenido ha removido nuestras estructuras mentales y nos ha llevado a gestionar de otra manera el quehacer educativo. En el ámbito pedagógico-curricular el docente tiene que gestionar como mediador entre los conocimientos y los alumnos empleando renovados materiales, pues debe desarrollar en sus educandos capacidades y competencias para la vida.

     Los directivos, el supervisor escolar y el asesor técnico pedagógico tratan de entender y comprender el enfoque del contenido de la reforma curricular, se esfuerzan por conocer los nuevos materiales, así como las orientaciones técnico-metodológicas de enseñanza-aprendizaje,  y las formas de evaluación, todo  para poder asesorar al docente. Por lo visto, ya ninguno de los actores educativos debemos permanecer aislados, o querer proceder de manera individualista y autoritaria, debemos enfocarnos hacia innovadoras formas de proceder o de gestionar en nuestro trabajo profesional, aspirando a realizar prácticas más auténticas, impactantes, reflexivas y sobre todo más colaborativas.

      Si consideramos que la responsabilidad para mejorar  la educación mexicana  es tarea fundamental de todos los involucrados en el sistema, entonces el supervisor escolar debe asumir el rol que le corresponde, ya que su función es muy importante por su cercanía a la escuela. Coincidimos con García Cabrero (2008) cuando dice que la supervisión debe contribuir a lograr mejores procesos y resultados, y para ello es imprescindible buscar otras alternativas de gestión institucional supervisora que sean incluyentes y participativas para considerar o tomar en cuenta las opiniones y aportaciones, por diferentes que sean, de todo el equipo colegiado; que utilicen el diálogo informado como mecanismo de comunicación, de intercambio crítico y propositivo entre pares, que faciliten la interacción entre los miembros de la comunidad educativa de manera horizontal, además que implementen el trabajo colegiado y colaborativo entre los diferentes agentes o actores educativos.

     Así también y para incrementar la coordinación entre directores y maestros se hace necesario asumir un liderazgo compartido que permita ir acabando con la imagen tradicional de autoridad y ayude en la toma de decisiones para conducir de manera colectiva la organización (zona escolar); este nuevo tipo de gestión deberá fomentar la participación social en la tarea educativa ya que es innegable la contribución positiva de los padres de familia en los asuntos relacionados con el aprendizaje de sus hijos, de la misma manera que incluyan el enfoque democrático donde la corresponsabilidad, la colaboración y el consenso sean los elementos principales; así mismo se busca crear un modelo que sea flexivo y reflexivo sobre la propia marcha.

      En este sentido, Segovia (2006) afirma que se necesita pensar en una supervisión que asesore, oriente y acompañe a las escuelas de su zona escolar, para que asegure el aprendizaje de todos los estudiantes, que favorezca la participación activa y el involucramiento responsable de todos los actores y que incremente canales de comunicación sustentados en la confianza, en el respeto y en la tolerancia, donde el intercambio profesional abra oportunidades de mejora y cambio educativo. Para ello se requiere un replanteamiento de la gestión supervisora, en la cual se valoren los asuntos pedagógicos en la misma medida en que los administrativos, situación en la que es necesario establecer un equilibrio, con objeto de facilitar los procesos de llámese calidad educativa, cambio, innovación,  mejora o transformación escolar.

      Sabemos que es un trabajo muy complicado y complejo por las diferentes dimensiones que se deben atender, y sobre todo por la excesiva carga burocrática-administrativa existente; pero pese a ello, en este nuevo modelo de gestión institucional se necesita que la supervisión escolar asuma el nuevo rol de asesoría y acompañamiento a las escuelas de su zona, se requiere que el supervisor en calidad de asesor inicie “un proceso de ayuda basado en la interacción profesional y orientado a la resolución de problemas educativos asociados a la gestión y organización escolar, así como a la enseñanza y a las prácticas de los directivos y docentes” (SEP-PRONAP, 2005, p. 25).

       Entre los propósitos más sobresalientes de esta nueva función asesora  podemos mencionar los siguientes: impulsar la mejora continua del desarrollo educativo que afecta el proceso enseñanza-aprendizaje, apoyar los procesos formativos necesarios para el desarrollo profesional del personal docente y directivo, proponer acciones para que dicho personal se apropie de los planes y programas de estudio, del enfoque intelectual y de enseñanza de cada asignatura; de igual forma de los enfoque teóricos y metodológicos (aquí es donde el contenido de mi proyecto de intervención tiene cabida), la comprensión del contexto social donde se ubica la escuela y el respeto por la filiación cultural de los maestros, alumnos y comunidades, apoyar el diseño de estrategias para resolver diferentes problemas educativos, orientar el trabajo colegiado para la evaluación de la situación educativa del plantel, de la mejora de la gestión escolar, del intercambio de experiencias educativas y del uso óptimo de los recursos tecnológicos, materiales y financieros (SEP-PRONAP, 2005. pp. 26-27).

      Este asesoramiento incluido dentro de este nuevo modelo de gestión institucional supervisora tiene como base la visión y las prioridades del centro escolar, no hay estrategias predeterminadas, cada asesoría implica un diseño contextualizado y pertinente a la naturaleza y al grado de desarrollo en que se encuentra cada centro escolar. El asesoramiento se diseña a partir de diferentes elementos y procesos de diversos campos del conocimiento, los cuales interactúan entre sí, reconfigurándose siempre de forma distinta según el conflicto a resolver. Todo este proceso está sujeto a un riguroso procedimiento de construcción, de planeación, de seguimiento y de evaluación. Por eso como lo asegura Segovia (2006, p. 194), el asesor tendrá que convertirse en un agente de cambio que se caracteriza por ser paciente y constante, tolerante y respetuoso de los procesos internos de cada escuela, para instalar la innovación al ritmo y a las necesidades de cada una. Sin duda, el dilema está planteado: supervisor o asesor, o las dos cosas.

      A manera de conclusión se sugiere que la actual gestión cotidiana del supervisor de educación primaria contemple las siguientes actividades:

 

  • Trabajar arduamente en tareas de administración, laborales y técnicas pedagógicas; de información, comunicación y enlace; de supervisión, control, seguimiento y evaluación, así como de apoyo, asistencia y acompañamiento a las escuelas de la zona escolar de primaria.
  • El supervisor debe convertirse en un mediador que facilite el trabajo del colectivo docente y del director a través de la asesoría y acompañamiento; descubriendo fortalezas y debilidades en las escuelas y contribuyendo a encontrar soluciones a los problemas y necesidades por medio del apoyo académico.
  • Apoyar los procesos escolares para la mejora constante de la enseñanza y el aprendizaje, cuidando el funcionamiento normal (puntualidad y asistencia de maestros de acuerdo al calendario escolar), así como vigilando que se propicien climas laborales óptimos para el trabajo docente y para que se aplique el contenido curricular de manera planeada.
  • Acompañar a los actores educativos en su labor, estando cerca de sus prácticas, observarlas, dialogar e interactuar con ellos; al entrar en contacto le permitirá saber sus necesidades didácticas y sus demandas técnico pedagógicas, podrá evaluar de forma directa los procesos e-a y en su caso proporcionar los insumos para la mejora.
  • Involucrar a docentes y directivos en la elaboración y aplicación de llámese planeación estratégica, propuesta innovadora, proyecto escolar o plan de mejora, para responder a necesidades específicas del colectivo y de las escuelas que en relación a las demás se encuentran en condiciones desfavorables o presentan resultados deficientes en la prueba ENLACE u otras evaluaciones.
  • Asesorar académicamente a las escuelas de su área de influencia, aquí es necesario que el supervisor analice crítica y reflexivamente el nuevo Plan de Estudios de Educación Primaria, los enfoques de las asignaturas y sobre todo conozca a fondo el contenido de los libros de texto y la bibliografía de apoyo al docente.
  • En base a estudios exploratorios detectar cuáles son las principales fallas pedagógicas, administrativas y didácticas de los docentes, posteriormente buscar apoyo en otras instancias (centro de maestros, enlaces técnicos regionales, en la UPN y en otros más) para la implementación de cursos, conferencias, diplomados, simposios u otros estudios especializados que ayuden a capacitar y actualizar profesionalmente a docentes y directivos (formación continua).  Estas acciones también tienen como propósito principal que comprendan y se apropien críticamente del Plan de Estudios de Educación Primaria de la RIEB 2009, de que dominen el enfoque para desarrollar competencias, además de que manejen adecuadamente los enfoques teóricos y metodológicos de los materiales de apoyo a la enseñanza.
  • Un aspecto que no se debe descuidar es el trabajo en conjunto, por tal motivo se debe impulsar y orientar la coordinación del trabajo colegiado en las escuelas para: a) evaluar la situación educativa de cada plantel; b) favorecer el intercambio de experiencias educativas y establecer alianzas con padres de familia y otros miembros de la comunidad a favor de la educación de los alumnos; c) además para administrar y dar un uso adecuado a los recursos materiales, tecnológicos, financieros y funcionales de los que disponen.
  • Para impulsar la creatividad, la innovación educativa y brindar una oportuna asistencia académica, es necesario mantener una constante comunicación; los diálogos con directivos y con docentes permiten conocer sus políticas, sus compromisos y metas educativas; para ello será necesario realizar los tres tipos de visitas supervisoras (la de acompañamiento, la de evaluación y las incidentales). Dentro de estás actividad será necesario elaborar planeaciones estratégicas, pues en ellas se deberá establecer el qué se va a hacer, el cuándo se va a hacer y el cómo hacerlo; además se deben establecer las prioridades y criterios para la visita considerando las circunstancias, el historial y cuidando de no desamparar ciertas escuelas. Para consolidar esta tarea, será importante elaborar un registro de las visitas al aula y hacer un seguimiento a partir de las observaciones realizadas en visitas anteriores y de criterios para analizar e identificar los aspectos que se han mejorado, en los que no hay avance o acciones que representan dificultad o problema. Como resultado de este ejercicio se debe dar cuidadosas y meticulosas recomendaciones, sugiriendo estrategias, materiales o instancias a las que pueden acudir para mejorar su enseñanza o recibir apoyo para la atención de casos específicos.
  • Como supervisor de una zona escolar de escuelas primarias se requiere de una constante autoformación y capacitación para dar respuesta a las necesidades de práctica directiva y docente, por lo tanto este agente debe aprovechar las estrategias de actualización y profesionalización que las autoridades educativas le ofrezcan.
  • El supervisor debe ser cuidadoso y con actitud empática acercarse al colectivo para invitarlos a inscribirse en los cursos, diplomados y otros estudios que les ayuden a transformar sus prácticas profesionales. “El que se atreva a enseñar, que nunca deje de aprender”.

 

 

BIBLIOGRAFIA

 

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Antúnez, S. (2004). Organización y gestión escolar. México: Secretaría de Educación Pública.

Ball, S. J. (1994). La micropolítica de la escuela. Barcelona: Ed. Paidós.

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García Cabrero, B. y Zendejas Frutos, L. (2008). Hacia un nuevo modelo de supervisión escolar para las primarias mexicanas. México: SEP/INEE.     

García González, C. (s/f).”Teorías de la administración”. Recuperado de: http://www.carloshaya.net/recursoshumanos.                                                    

Loera, A. (2003). Planeación estratégica y política educativa. México.

Pozner, P. (2002). El directivo como gestor de aprendizajes escolares. Buenos Aires: Aiqué.

Ramírez, R. R. (1999, febrero).  La transformación de la organización y funcionamiento de las escuelas primarias: una condición imprescindible para el mejoramiento de la calidad de la educación. Ponencia presentada en el Encuentro Nacional sobre la Transformación de la Gestión Escolar,  Cancún, Quintana Roo.

Sammons, P., Hillman, J y Mortimore, P. (1998). Características clave de las escuelas efectivas. México: SEP.

Santos Guerra, M. A. (1994). Entre bastidores, el lado oculto de la organización escolar.  Málaga: Ed. Aljibe

Segovia, J. D. (2006, septiembre).  Asesoría educativa, modelos y procesos. Notas de la conferencia ofrecida en el Centro de Maestros Hermilio Abreu Gómez, en la Ciudad de México.

Señoriño, Y. y Bonino S. (s/f). Las instituciones educativas: la definición de la indefinición. Recuperado de: http://www.rieoei.org/deloslectores/332Senoriino.pdf.

SEP/PRONAP, (2005). Orientaciones para constituir y operar el servicio de asesoría académica a la escuela. México: SEP. 

Tapia, G. (2003). Para fortalecer el liderazgo directivo. Módulo de apoyo. México: SEP/Programa Escuelas de Calidad.

Zorrilla Fierro, M. (2007). Propuesta de la investigadora en el marco de la actividad: La supervisión escolar como ámbito de mejoramiento de la educación. Recuperado de: http://www.correogto.com.mx/notas.asp?id=42039.

viernes, 22 de abril de 2011

ESTRATEGIA PARA ELABORAR UN PLAN DE CLASES EN ESCUELAS PRIMARIAS CON GRUPOS MULTIGRADO:

TITULO:
 "PLANEAR PARA ACTUAR EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA".
PROPOSITO:
- Elaborar un formato de plan de clases acorde a la RIEB 2009 para sistematizar y organizar el trabajo educativo en una escuela primaria con grupo multigrado.
JUSTIFICACION:
Planear implica trazar un plan de algo que se realizará. En este caso, se trata de trazar un plan sobre qué se enseñará y cómo se enseñará a partir de los conocimientos que poseen los estudiantes para lograr los aprendizajes esperados propuestos. De este modo, la planificación educativa es un proceso mediante el cual el docente, guiado por los aprendizajes que se propone alcanzar con sus estudiantes, organiza los diversos contenidos de manera tal que puedan ser enseñados de la forma más eficaz posible, según los criterios del currículum vigente y considerando las condiciones de aprendizaje de los alumnos y alumnas. En todos los niveles educativos, la planificación organiza y anticipa los diversos factores curriculares que intervienen en el proceso de enseñanza, tales como el tiempo, el ambiente educativo, las estrategias metodológicas, las estrategias de mediación y evaluación, con el fin de favorecer el logro del aprendizaje esperado seleccionado.
En este sentido, la planificación de la enseñanza es una acción que ocupa un lugar central entre las actividades pedagógicas de la escuela, toda vez que permite organizar el trabajo clase a clase en los diferentes espacios que existen para la labor docente: los días del calendario escolar destinados a la planificación (al inicio, en la mitad y al término del año escolar), los espacios periódicos de reflexión pedagógica del equipo docente y todas aquellas otras instancias que la escuela defina para la preparación de la enseñanza. Además la planeación está sujeta a modificaciones y rectificaciones, sobre la marcha, a medida que se conoce el currículum, a los alumnos y el contexto. Está debe ser clara, sencilla y fácil de manejar para el docente pues finalmente es quien la utiliza.  La participación de todos los miembros del equipo pedagógico es esencial para enriquecer el proceso de planificación con los aportes de todos quienes están involucrados en el aprendizaje de niños y niñas. Por este motivo, es necesario que la escuela considere y promueva instancias regulares y sistemáticas para que el equipo pueda llevar a cabo este proceso.
CONSIDERACIONES METODOLOGICAS:
Este proceso de toma de decisiones acerca de qué, cómo, cuándo y con qué se enseñará, y de qué, cómo, cuándo y para qué evaluar; debe desarrollarse como una tarea compartida y ampliada a todo el equipo de asesoría académica, pues de todos es conocido que las escuelas primarias con grupos multigrado desde antes de la RIEB 2009 ya presentaban un serio problema al momento de realizar esta tarea, hoy ante la enseñanza por competencias los docentes que trabajan en este tipo de escuelas no logran ubicar el formato más adecuado y funcional para el desarrollo de sus clases.
De manera conjunta el Asesor Técnico Pedagógico, el Supervisor y los Maestros de Grupo (en reunión de CTZ) y después de haber analizado varios documentos que tratan el tema de la enseñanza por competencias, concluimos que para elaborar una buena planeación en el marco del nuevo enfoque se deben considerar los siguientes pasos:
1.- Se determina el ámbito de desempeño, campo formativo, eje curricular o asignatura a tratar.
2.- Se elige la competencia y los indicadores de desempeño que se van a trabajar. Si no se cuenta con la competencia se diseña al responder la pregunta: ¿Qué debe saber hacer el estudiante al término de la clase? Al contestar esta pregunta en una oración corta que describe lo que hace quién ya lo sabe hacer, valga la redundancia, se está diseñando la competencia. Una competencia es el descriptor, lo que caracteriza a alguien competente, es un resultado, no se define como un proceso. Se puede planear también a partir de los aprendizajes esperados.
3.- Se determina la situación didáctica más adecuada para desarrollar la competencia en los alumnos, que puede ser: un proyecto, un experimento, la resolución de un problema, una investigación, el análisis de un caso, etc.
4.- Se define un conflicto cognitivo, o varios, a resolver en la situación didáctica, es decir un detonador, una pregunta generadora, un reto, una toma de decisión, etc., que haga que el educando se interese por hacer algo concreto en la situación planteada y que lo lleve a desarrollar la competencia.
5.- Una vez definida la situación didáctica, se debe especificar las secuencias didácticas por ciclos, es decir la serie de actividades que articuladas entre sí llevan a desarrollar las competencia pero también a resolver el conflicto cognitivo planteado, estableciendo en una secuencia lógica los antecedentes y consecuentes que llevarán a construir el desempeño. Para llevar a cabo la planeación de secuencias didácticas hay que tener presente la complejidad para llevarla a la práctica, Zabala y Arnau (2007) proponen cinco puntos para tomar en cuenta:
§         Las secuencias didácticas deben partir de situaciones significativas y funcionales dentro de la realidad del contexto, con el fin de que el procedimiento pueda ser entendido y aprendido para ser utilizado dándole significado real, no abstracto.
§         Las secuencias deben contener modelos que presenten una visión completa de las diferentes fases que los componen, e insistir sobre la aplicación de los mismos en diferentes situaciones y contextos.
§         Para que la secuencia o acción de aprendizaje sea lo más beneficiosa posible es necesario que sea una secuencia clara y con orden de actividades de proceso gradual de complejidad.
§         Son necesarias las secuencias que permitan la práctica guiada o andamiaje en diferentes momentos para retar a los alumnos y mantener su interés.
§         Planear secuencias que permitan el desarrollo independiente de los alumnos, así como el trabajo colaborativo. Oportunidades en las que puedan mostrar sus grados de desempeño y su autonomía.
6.-Se establece una actividad de cierre, algo con lo que se consta que los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, se han adquirido; puede ser un dibujo, una discusión en plenaria, un resumen, una mapa conceptual, o bien otro problema o caso a resolver más corto.
7.- Se establecen los productos y evidencias que se recopilarán para evaluar, se guardan en el portafolio del alumno y se establecen los instrumentos que utilizaremos con su rúbrica, los cuales podrán ser un producto concreto que resulte como una investigación de conceptos, un examen, o bien la participación de los alumnos en el proceso, etc.
El formato resultante de todo lo anterior quedó estructurado así:

FORMATO PARA PLANEAR UNA CLASE POR COMPETENCIAS

Asignatura (s):                                              Fecha:
Competencia a desarrollar:
Indicadores de desempeño:
Temas a tratar.
Aprendizajes esperados:
Conflicto cognitivo a resolver:
Secuencias didácticas por ciclos:
Actividad de cierre:
Materiales a utilizar:
Productos y evidencias para evaluar:

Para hacer uso del formato anterior se organizó la siguiente unidad didáctica:
Asignatura (s): Español, Educ. Art.                      Fecha de inicio: 31 de Enero del 2011.
 Competencia a desarrollar: Interpreta adecuadamente el contenido de cuentos y los representa en una obra de teatro.
 Indicadores de desempeño: Proyecto: Reescribir cuentos y hacer obras de teatro. 
Temas a tratar: El cuento y las obras de teatro.
Aprendizajes esperados para el primer ciclo: Identificar la trama de cuentos infantiles, similitudes y diferencias entre dos versiones de cuento.
Aprendizajes esperados para el segundo ciclo: Dramatizar con movimientos corporales el contenido de cuentos.
Aprendizajes esperados para el tercer ciclo: Diferenciar entre discurso directo e indirecto y utilizar verbos como dijo, exclamó y suspiró para el discurso indirecto.
Conflicto Cognitivo a resolver: ¿Qué es un cuento?, ¿cuáles son sus partes?, ¿qué elementos se deben considerar para llevar a cabo una obra de teatro?
Secuencias didácticas por ciclos o actividades diferenciadas:
Primer y segundo ciclo: 1.- Leen dos versiones diferentes de un mismo cuento. El docente empleando el tiempo para la lectura en voz alta, lee a los alumnos dos versiones diferentes de un mismo cuento. Los alumnos comentan las similitudes y diferencias entre las versiones. 2.- Identifican algunas características de la edición de cuentos infantiles. Aprovechando la lectura en voz alta, el docente ayuda a los alumnos a observar los cortes del texto por páginas y a establecer la relación entre el texto y las ilustraciones. Asimismo les muestra las portadas para que identifiquen el nombre del autor, el ilustrador y el título del libro. 3.- Seleccionan un cuento para reescribirlo. Organizados en equipos de tres integrantes se ponen de acuerdo respecto a un cuento que les gustaría reescribir. 4.- Reescriben el cuento. Los alumnos asumen (por turnos) diferentes papeles para reescribir su cuento: el escribe, el que dicta  y el que corrige. 5.- Editan la versión reescrita del cuento. Los alumnos trabajan sobre la edición de su cuento empleando un cuadernillo en blanco previamente preparado por el docente. Deciden el fragmento de texto que se ubicará en cada página, lo copian o pegan de la versión reescrita y se organizan para ilustrarlo. Completan los datos de la portada y la ilustran. 6.- Comparten con otros las nuevas versiones de los cuentos. Los cuentos realizados por cada equipo formarán parte de la biblioteca del salón y los alumnos podrán solicitarlos a préstamos para llevarlos a casa.
Tercer ciclo: 1.- Leen y comentan una obra de teatro. Eligen una obra de teatro infantil, la leen y hacen comentarios sobre su contenido. 2.- Analizan el libreto de la obra de teatro. Hacen una lista de características. Ponen atención en la manera en que se describen los personajes, escenarios, diálogos, así como en los usos de tiempos verbales, la puntuación, organización gráfica, etc. 3.- Leen y analizan un cuento para niños. Eligen un cuento infantil, lo leen y lo comentan; en una cartulina el docente escribe las observaciones de sus alumnos con respecto a las características de los cuentos infantiles. 4.- Comparten las características de las obras de teatro y de los cuentos. Comparan una por una las características de los cuentos y de las obras de teatro a partir de las notas en las cartulinas. 5.- Dividen el cuento en escenas. Deciden entre todos en que partes pueden dividir el cuento para plantearlas escenas de la obra. Toman en cuenta los cambios de escenario o eventos relevantes. 6.- Escriben la obra. Reparten las escenas para que cada equipo escriba una. 7.- Hacen una lectura dramatizada de cada escena. Revisan los  que diálogos y las acotaciones sean suficientes y verifican que incluya todos los eventos y personajes de la planeación. Sugieren a los diferentes grupos como corregir cada escena. Revisan si las acotaciones son claras. 8.- Corrigen las escenas. Cada equipo corrige su escena, incorporando las sugerencias del grupo y del docente. 9.- Hacen una nueva ronda de lecturas dramatizadas. Vuelvan a leer y actuar sus escenas. Corrigen lo necesario. Verifican que las escenas sean coherentes entre sí. Preparan y organizan la presentación de la obra de teatro a la comunidad escolar.
Actividad de cierre: Los alumnos invitan a sus padres y madres para leerles cuentos reescritos por ellos mismos, y de la misma manera les presentan una obra de teatro con el libreto de un cuento infantil.
Materiales: Biblioteca escolar y del aula, equipo de enciclomedia, libros de texto de español 1º. la 113-117. 2º. LA 14, 23, 25, 71, 151 y 170. 3º. LA 140, 141 y 170. 4º. LA 31. 5º. LA 153. 6º. LA 77-78. Guía articuladora de 1º p 21 y 22. Guía articuladora de 6º p 23-25. Ficheros de español 2º. F 56, 3º. F 23, 49 y 53, 4º F 17, 39 y 43, 6º F 37. Cartulinas, cuaderno en blanco, marcadores y diversos objetos para escenificar.
PRODUCTOS Y EVIDENCIAS PARA EVALUAR:
 Rúbrica de evaluación: Para evaluar por competencias el docente deberá centrarse en observar el desempeño logrado por sus alumnos en la aplicación del proyecto, por lo tanto recuperará las evidencias, los productos que emergieron, se guardarán el portafolio de trabajo de cada alumno y los analizará mediante instrumentos y herramientas; se pretende que esta evaluación sea objetiva, válida, confiable, integral, transparente, rendidora de cuentas y significativa. Para este proyecto los niveles de desempeño podrían establecerse así: Novato  No ha desarrollado la competencia comunicativa; su expresión oral y escrita se limitan a reproducir material que ha logrado memorizar. Intermedio Puede crear a través del lenguaje, preguntar y responder cuestiones simples sobre tópicos familiares; maneja bien situaciones simples. Avanzado Adapta el lenguaje para ser escrito; reconoce la estructura de una obra de teatro y de un cuento; narra y describe situaciones pasadas, presentes y futuras; maneja situaciones complejas y realiza elaboraciones propias. Experto Puede fundamentar y comunicar sus opiniones, discutir tópicos abstractos, manejar lingüísticamente situaciones que no le son familiares, elaboración propia y original de ideas. 
Consideraciones finales:

En el proceso de enseñanza es importante tener presente los intereses, las motivaciones, los conocimientos previos y el contexto de los alumnos, ya que éste es el responsable último de su propio proceso de aprendizaje. Es él quien construye el conocimiento y nadie puede sustituirle en esa tarea. La importancia prestada a la actividad del alumno no debe interpretarse tanto en el sentido de un acto de descubrimiento o de invención como en el sentido de que es él quien aprende y, si él no lo hace, nadie, ni siquiera el profesor, puede hacerlo en su lugar. La enseñanza está totalmente mediatizada por la actividad mental constructiva del alumno. Por lo tanto, el trabajo docente dentro del nuevo enfoque por competencias señala como muy importante, en los procesos de mediación pedagógica, la presentación de los aprendizajes esperados al alumno al inicio, para que de esta manera él sepa lo que va a aprender y surjan las primeras interrogantes (se recomienda escribirlas en un papelote o en algún lugar visible e incluirlas en el apartado de conflicto cognitivo a resolver) por parte de ellos y se involucren en la estructuración de los proyectos, de los estudios de casos o de la resolución de los problemas, por consiguiente serán ellos mismos los que aprueben o establezcan las actividades a realizar, los materiales que se necesitarán, las formas de cómo se evaluarán (autoevaluación) y en general que vayan encontrando las respuestas a sus primeras preguntas.
Por otra parte es altamente recomendable que las y los profesores que trabajan en el mismo tipo de escuela o grado, tengan encuentros frecuentes para dialogar sobre sus prácticas profesionales (implementar la comunicación entre pares para mejorar el trabajo colaborativo profesional); esto les permitirá intercambiar experiencias técnico-metodológicas, materiales didácticos, resolver problemas afines, evaluar los procesos de intervención docente, valorar la utilidad que brinden los recursos materiales, y en general enriquecer y fortalecer su trabajo pedagógico.

BIBLIOGRAFIA:

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Garduño R. Teresita (2000) “Lo afectivo, base del conocimiento” videoconferencia editada por el CONAFE, dentro de la serie Cursos Comunitarios:
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